sábado, 9 de junio de 2012

Rebeldes 79, una historia (4)


Ya fuera en las fiestas mayores de los barrios, los innumerables actos organizados por partidos políticos o por asociaciones de vecinos, la pachanga se imponía con un sinfín de orquestas enrolladas, surgidas a la estela de la Platería. Pero el empalagoso arrullo del posthippismo ya se había acabado para la Granja Azul. Aurelio, Moi y Carlos forman piña y se imponen a los miembros más veteranos de aquella formación. Y ya iniciado el proceso hacia un genuino repertorio de r’n’n, los acontecimientos no se iban a detener. La Granja Azul era cosa del pasado ya que, con el cambio, la banda pasó a llamarse Carlos y los Rebeldes. Carlos y los Rebeldes solo ofrecerían un único concierto, puesto que acto seguido pasarían a llamarse simplemente Los Rebeldes.
De hecho esta decantación hacia la rock way of life tiene también sus detonantes externos. Si en el 77 una minoría muy minoría de tupés recorren las calles de Barcelona, a partir de finales de setiembre de 1978 el fenómeno se generaliza –y se banaliza- con el fulminante éxito de la película Grease. En primavera se había estrenado Fiebre del sábado noche en el que Travolta había impuesto su papel de rey de las discos al ritmo de los Bee Gees. A partir del estreno de Grease a cualquiera que deambulara por las calles de Barcelona con pintas de rocker se le llamaba Travolta. Se llegó a las manos. Además, por si fuera poco, la moda pseudorocker, al estilo Grease, haría furor y llegaría a los grandes almacenes.
Hasta antes de Grease vestirse de rocker había sido un ejercicio de ingenio. Carlos Segarra recuerda como, en una época en la que dominaban los colores parchís, encontrar pantalones negros era una proeza. Recuerda haber adquirido pantalones negros acampanados en Samblancat, un establecimiento de las Ramblas, y que luego su madre o una vecina los habían modificado hasta convertirlos en estrechos. Las camisas de flecos flamencas o las corbatas de lazo de las tiendas de souvenirs también sufrían ese proceso de tunning. Más tarde llegaría la ropa de importación, pero en esos momentos lo que primaba era el ingenio.
Grease con su onda expansiva de chupas de polipiel, había sido la antítesis de un film estrenado 4 años antes, American Graffiti, que mostraba una crónica teenager apoyada en una banda sonora espléndida con temas de Buddy Holly, Chuck Berry, Johnny Burnette, Bill Haley, Fats Domino o los Beach Boys. Justamente el incontestable influjo de Grease hace que los rockers barceloneses más genuinos radicalicen posiciones. Para no ser confundidos con los travoltas.
A todo esto Los Rebeldes asestan el primer aldabonazo en la Navidad del 79. Y lo hacen en un momento estratégico al promover junto con Jordi Vargas de Impetus Management la celebración del 25 aniversario del nacimiento del rock. Hacía un cuarto de siglo de la grabación de temas como That’s All Right (Mama) de Elvis o de Rock Around the Clock de Bill Haley y los rockers barceloneses lo iban a celebrar de modo conveniente. Así durante una semana Los Rebeldes actuarían en Magic, el clásico local del Born barcelonés, llegando a ofrecer un concierto en mismo fin de año.


Texto de Carles Prats para la caja 'Los Rebeldes 1979/1985', editado por Mitik Records

No hay comentarios:

Publicar un comentario