lunes, 4 de junio de 2012

Rebeldes 79, una historia (1)


Imposible imaginar la Barcelona de los primeros 80 sin Los Rebeldes. Cierto es que en aquellos años uno recuerda de todo, grupos punk, seudopunk, new wave, mods, heavys, o simplemente pop, pero la aportación más consistente de Barcelona en los tiempos de la Movida madrileña fué el rock'n'roll, y Los Rebeldes el grupo de referencia. Pero antes de que Eres un rocker o el Rock del hombre lobo se convirtieran en sintonías de aquellos tiempos llenos de vitalidad, en Barcelona tendrían que operarse un puñado de cambios. Por ejemplo, mientras Carlos Segarra interpretaba canciones de Elvis en L’Angelot, el antiguo Zeleste de la calle Platería seguía languideciendo en la complacencia de un hippismo tardío arrullado por el rock laietano. Pero la nueva generación iba a despertar de aquella modorra. Tras las greñas que se arrastraban de los 70 llegaría un cambio de ciclo que se asentaría en el punk, la new wave y muy especialmente en el retorno al rock’n’roll clásico. El rockabilly haría furor. Pero todo no iba a ser tan fácil.
Aunque en Inglaterra o Francia teddy boys o bloussons noirs se vieran con naturalidad, y aunque la década de los 70 hubiera abierto las puertas a un progresivo redescubrimiento del rockabilly, en la Barcelona de 1979, pongamos por caso, los rockers que de forma cada vez  más visible rondaban por las calles, provocaban rechazo. Chupas de cuero y tupés se entendían como una anomalía molesta. Para el ciudadano medio, entusiasmado con el espíritu progre de la época, aquella estética desprendía un evidente tufo reaccionario que activaba señales de alarma. Por raro que hoy nos pueda parecer, era así. Además, en lo musical el rockabilly se veía como el culmen de lo retrógrado. Es decir que los rockers que se dedicaban a airear las aletargadas calles de la Barcelona de finales de los 70 lo tenían claro.
Lo pasmoso es que en muy poco tiempo los Rebeldes conseguirían una popularidad y una aceptación sorprendentes. En 1981 se publicaría su primer álbum Cerveza, chicas y... rockabilly! y como por arte de magia se convertirían en estrellas emergentes. Eran lo más, estaban en todas partes. Paseaban sus tupés por las calles y en el escenario atronaban en fantásticos recitales de rockabilly. Carlos Segarra, Aurelio Morata y Moisés Sorolla no eran arqueólogos obstinados en desempolvar el catálogo de la Sun Records, sino una ventana abierta al mundo, en un momento en que Barcelona necesitaba imperiosamente aire nuevo. Pero la historia había empezado unos años antes.

Texto de Carles Prats para la caja 'Los Rebeldes 1979/1985', editado por Mitik Records

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